L. A. B.
Por:
José Domingo Dupuy
He
llegado a la sorprendente forma, para mi mayor admiración, del manejo de la
palabra del poeta Luis Alfonso Bueno en los trabajos que subyacen en lugares
donde lo he oído expresarse, o en alguno que otro remitido aparecido en
periódicos. En algún cruce de opinión histórica sobre la existencia de Coro. No es en sus libros de poesía publicados, ni
siquiera en sus propios testimonios vivenciales que detallan parte de su
tráfago terreno, que igual ha editado. Es una suerte de verbo escrito no
descubierto, de lenguaje medieval, de castellano castizo, de sintaxis resistida
al tiempo, de lenguaje de los poetas malditos, Rimbaud, Poe, Elías David Curiel
que me causan entrañable respeto. Lo de lenguaje medieval es por la lealtad al
español antiguo, por el apego a sus orígenes griego y latino que pone el poeta
Bueno. Así lo considero. Si se pudieran recoger todas esas frases de lo que el
viento se llevó en algún momento y lugar de la corianidad, dichas por el poeta
Bueno, si las pudiéramos armar como rompecabeza, tendríamos una composición
poética de fuerza huracanada. Esa palabra de Luis Alfonso, lanzada a la
intemperie del análisis literario, de la desigualdad del tiempo, de lo dicho
por el propio poeta al lado de su existencia, hace una composición original en
el idioma castellano. No hablamos del uso de una figura inventada por los
académicos llamada metalenguaje, ni mucho menos modelos formales de sintaxis
para la descripción de la gramática, como la insípida gramática generativa, es
el propio y genuino idioma castellano con su prolífica riqueza lexical que
notamos en la palabra escrita por el poeta, en sitios y lugares donde Luis
Alfonso Bueno elevó su voz en algún instante en la tierra coriana, es un
lenguaje sintáctico descrito bajo la reglas de la exquisita gramática
tradicional, la de la Academia de la Lengua, la de Andrés Bello. Esta literatura dispersa del poeta va pareja a
su obra escrita publicada, es como las líneas paralelas, que sólo se encuentran
en el infinito, es una obra escrita oculta entre líneas fronterizas de lo real
e imaginario, es un trabajo para descubrir, está latente en la propia raíz gráfica
de su acento vocálico. Es asunto de una compilación. Es un llamado a quienes
desde la academia buscan la certificación universitaria en materia literaria,
para que consideren material valioso a descubrir en la escritura falconiana por
medio de la investigación descriptiva. Lo de Luis es un premio a la
investigación literaria, es un halago a la escritura del coriano. Poner énfasis
en un poeta coriano como Luis Alfonso Bueno, es de valor, desde su adolescencia
barajó su destino en dos vertientes, la literatura jurídica y la sensibilidad
estética de la palabra, así se hizo confesor del verbo, para diseminar en la tierra xerófita de Coro el germen
poético que da aliento a su palabra. Se trata de poner en alto relieve una
poesía y prosa del lenguaje, bien determinada, de descubrir formas escriturales
relevantes, de riqueza lingüística fecunda, que anida prolíficamente en nuestro
idioma.